Estados Unidos está ocultando un programa de hace décadas que recupera y realiza ingeniería inversa de objetos voladores no identificados, según ha testificado este miércoles ante el Congreso un ex funcionario de inteligencia de la Fuerza Aérea. El Pentágono ha negado sus afirmaciones.
El anticipado testimonio del mayor retirado David Grusch ante una subcomisión de Supervisión de la Cámara de Representantes supone la más reciente incursión del Congreso en el mundo de los “fenómenos aéreos no identificados” (UAP, por sus siglas en inglés), que es el término oficial que usa el Gobierno en lugar de Objeto Volador No Identificado (OVNI).
Mientras el estudio de objetos voladores misteriosos a menudo evoca conversaciones sobre extraterrestres y “hombrecitos verdes”, demócratas y republicanos en los últimos años han presionado para que se realicen más investigaciones como un asunto de seguridad nacional debido a la preocupación de que los avistamientos observados por los pilotos puedan estar vinculados a adversarios de Estados Unidos.
Grusch ha dicho que el jefe de un grupo de trabajo del gobierno sobre UAPs le pidió en 2019 identificar todos los programas altamente clasificados relacionados con la misión del grupo de trabajo. En ese momento, Grusch fue asignado a la Oficina Nacional de Reconocimiento, la agencia que opera los satélites espía de país.
“Me informaron en el curso de mis deberes oficiales de un programa de ingeniería inversa y recuperación de UAPs fallidas de varias décadas al que se me negó el acceso”, ha afirmado. Cuando se le preguntó si el gobierno tenía información sobre vida extraterrestre, Grusch respondió que Estados Unidos probablemente está al tanto de la actividad “no humana” desde la década de 1930.
El Pentágono ha negado las afirmaciones de Grusch. En un comunicado, la portavoz del Departamento de Defensa, Sue Gough, ha dicho que los investigadores no han descubierto “ninguna información verificable para corroborar las afirmaciones de que haya existido en el pasado o exista actualmente algún programa relacionado con la posesión o la ingeniería inversa de materiales extraterrestres”. La declaración no abordó los ovnis que no se sospecha que sean objetos extraterrestres.
Grusch ha dicho que decidió volverse informante del Gobierno después de su descubrimiento y que sufrió epresalias por su testimonio. Se ha negado a detallarlas, citando una investigación en curso. “Fue muy brutal y muy desafortunado, algunas de las tácticas que usaron me lastimaron tanto profesional como personalmente”, ha declarado.
El congresista Glenn Grothman, republicano de Wisconsin, que ha presidido la audiencia del panel, bromeó al abrir la sesión ante una audiencia repleta: “Bienvenidos al subcomité más emocionante del Congreso esta semana”.
EL CONGRESO PIDE INFORMACIÓN AL GOBIERNO
Ese subcomité del Congreso ha pedido al Gobierno que informe de los datos que tiene sobre objetos voladores no identificados tras escuchar la declaración de ex miembros del ejército que aseguran haberlos visto y que también dicen que las autoridades guardan pruebas de ellos.
Los tres militares retirados que han comparecido aseguraron que las autoridades estadounidenses han detectado sobre el espacio aéreo del país desde hace décadas lo que consideraban una amenaza para la seguridad nacional, independientemente de su origen.
Ante la abundancia de testigos, en muchos casos pilotos tanto militares como civiles, los integrantes del subcomité demandaron que el Gobierno estadounidense establezca un sistema “transparente y seguro” para que estos incidentes puedan ser reportados ante las autoridades sin dañar la reputación de los testigos.
Además de Grusch ha declarado el teniente Ryan Graves, un antiguo piloto de un avión de combate F-18 de la Marina estadounidense. Ha señalado en su declaración inicial que “si los ovnis son drones extranjeros, son un urgente problema para la seguridad nacional”. Y ha añadido que, si son de origen humano, “es un tema para la ciencia”. “
“En cualquier caso, los objetos no identificados son una preocupación para la seguridad aérea”, ha señalado.
Otro de los testigos, el comandante David Gravor, también un piloto retirado de la Marina, ha testificado como presenció en 2004 un ovni con la forma de un “tic tac” – un popular caramelo norteamericano semejante a una píldora- y con capacidades de vuelo imposibles para la tecnología de los Estados Unidos.
Graves ha declarado que si los Estados Unidos poseen ese tipo de tecnología, “necesita ser supervisada” por los legisladores, que son los que tienen que decidir que es lo mejor para los intereses de los estadounidenses.