En México, somos autosuficientes en producción de maíz blanco, ingrediente esencial de nuestra alimentación, pero que, en últimas fechas se enfrenta a una encrucijada relacionada con la caída en los precios, la entrada y salida del grano, así como la presencia de productos transgénicos.
“Este año, México va a producir alrededor de 28 millones de toneladas de maíz. Del total, 24.6 millones es del blanco y el resto es amarillo”, estimó Juan Carlos Anaya, director de general de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), en entrevista.
De esas 24.6 millones de toneladas, para el consumo humano se utilizan 19 millones. De ello, 10 millones de toneladas son para tortillas que se elaboran en las más de 100 mil tortillerías que operan en nuestro país y en el autoservicio, que representa 35% de dicho mercado.
Otros cuatro millones de toneladas son para tamales, atoles y otros platillos; mientras que existen otros cinco millones de toneladas para autoconsumo, de gente que siembra su propia semilla.
19 millones de toneladas del maíz que se producen se utilizan para consumo humano.
10 millones del total que se usa para los humanos, va para la creación de tortillas.
PRECIOS Y ARANCELES
México es el principal productor de maíz blanco en el mundo. Su granero está en Sinaloa. A nuestro país le siguen Estados Unidos y Sudáfrica, pero estos dos últimos sí siembra semilla genéticamente modificada.
A escala global, el precio del maíz se desplomó 27.04% durante el primer semestre del año; de acuerdo con Banco Base, y se trata de la mayor contracción semestral del grano desde la segunda mitad de 2008, cuando disminuyó 46.24%.
La caída en el precio del maíz ha afectado a los productores de Sinaloa. El principal temor de los agricultores es que no podrán recuperar los costos de los insumos y pronto tendrían dificultades para pagar sus créditos, lo que podría poner en riesgo el abasto para 2024.
Alerta
El temor de agricultores en Sinaloa es que no podrán recuperar los costos de los insumos y tendrían dificultades para pagar sus créditos, lo que podría poner en riesgo el abasto para 2024.
Frente a dicho panorama, el pasado 23 de junio, en el Diario Oficial de la Federación, se publicó un decreto para imponer un arancel del 50% a la importación del maíz blanco y se mantuvo la imposición del 50% a la exportación del maíz blanco harinero, ambos vigentes hasta el 31 de diciembre de 2023.
Previamente, el 16 de enero de 2023 se publicó en el DOF un decreto que exentaba el pago de arancel de importación y se otorgaban facilidades administrativas a diversas mercancías de la canasta básica, lo que permitió la entrada de maíz de Sudáfrica y de Estados Unidos.
Ahora, con los aranceles, la idea es que el producto se consuma en México y que, por ejemplo, las grandes harineras, que suelen ser las grandes importadoras, se abastezcan en nuestro territorio.
Desconocen si hay o no modificadas
Debido a que previamente se trajo maíz de Estados Unidos y Sudáfrica, donde sí se genera del producto genéticamente modificado, es difícil para los especialistas saber si en las tortillerías del país se está usando este grano o no en los diversos productos.
“Blanca Estela Mejía, presidenta de la Red de Maíz, reveló que las tortillerías no consumen el maíz directamente. “Son los molinos de nixtamal. Como Tortillería no podemos saber si la harina o masa que nos están vendiendo tiene transgénico. El molinero tampoco puede saberlo”.
Destacó que las que sí pueden saberlo son las comercializadoras como Cargill y las harineras de la talla de Gruma o Minsa.