El tiempo corre en contra de los pasajeros del Titan, el submarino que desapareció el pasado domingo cuando hacía una ruta a los restos del Titanic. A los miembros de la tripulación del sumergible no les quedan muchas horas de oxígeno en el interior. Por ello, se ha creado un mando unificado para coordinar la búsqueda del aparato submarino. Estos esfuerzos de búsqueda se han centrado tanto en la superficie con aviones C-130 que buscan a simple vista y con radar como en la subsuperficie con aviones P-3. El capitán Jamie Frederick ha explicado que “estamos trabajando sin descanso para asegurar que estamos haciendo todo lo posible para localizar el Titan y los cinco miembros de la tripulación”.
Se trata de un rescate complejo que requiere de organismos y equipos con conocimientos avanzados. La Guardia Costera ha asumido el papel de coordinación, mientras que “el ejército canadiense ha lanzado boyas para escuchar cualquier sonido que pudiera proceder del Titan, sin resultados hasta el momento. Un buque comercial con un vehículo no tripulado capaz de inmersiones profundas también está ayudando”, cuenta Frederick.
Si el Titán se encuentra en el fondo del océano, el esfuerzo de rescate sería aún más difícil debido a las condiciones extremas a las que se llegan a más de tres kilómetros bajo la superficie. El Titanic se encuentra a 3.810 metros bajo el agua, donde la luz no penetra. Sólo equipos especializados pueden alcanzar esas profundidades sin ser aplastados por la enorme presión del agua. Además, el sumergible está sellado por el exterior, lo que sus ocupantes no podrían salir del sumergible sin ayuda aunque salga a la superficie.