Julio Rodríguez, vicepresidente de Comercio Exterior del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México (Concaem), señaló que aún no se tiene evidencia científica sobre las afectaciones a la salud por el consumo de maíz transgénico, por lo que ante un panel o foro de discusión, México se encuentra en desventaja ante Estados Unidos.
“Si se arranca un panel de controversia en torno a la importación de maíz transgénico, tras las limitantes que ha solicitado México para la entrada de este producto, nuestro país perderá y habría que esperar las repercusiones económicas que esto traerá para otros sectores”.
Si hay un foro y Estados Unidos gana, podrá decidir como recupera los 5 mil 750 millones de dólares que dejan de ingresar por la venta de maíz transgénico.
Además, generar aranceles a otros sectores como automotriz, farmacéutico o el que considere convenientes con el impacto económico que esto significa a las economías locales.
México no tiene capacidad de producción, asegura
El experto en comercio internacional recalcó como importante la existencia de pruebas las cuales demuestren que el maíz transgénico daña a sus consumidores y así se prohiba su importanción de tajo.
Lamentablemente, dijo, las pruebas científicas todavía no se han puesto sobre la mesa, por eso el gobierno estadunidense ya apareció pidiendo consultas y en caso de haber un panel “nos lo van a ganar”.
Apuntó que está claro que no se tiene la capacidad de producir el grano de engorda requerido por el ganado en el mercado nacional, por lo cual, además de las sanciones económicas previstas por no permitir la entrada de maíz estadunidense, hay una gran lista de efectos para los productores locales.
Países como Brasil y Argentina tienen las puertas abiertas
Julio Rodríguez recordó que con el Programa contra la Inflación y la Carestía (Pacic), la puerta queda abierta para que países como Brasil y Argentina, con quienes no se tienen acuerdos comerciales, lleguen a México con proteína y también con maíz, además de otros productos de la canasta básica, por lo que los pequeños y medianos productores están en franca desventaja.
“México prohíbe que se importen determinados productos que requiere para engordar a sus animales, pero además desaparece al banco -Financiera Rural- que financiaba a los campesinos. Por eso la pregunta es: ¿Jugamos a ser los campesinos pequeños o a los grandes terratenientes que exportan miles de contenedores de aguacate, jitomate, berries, entre otros?”.
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