Al menos cuatro personas perdieron la vida en el enésimo tiroteo en lo que va de año en Estados Unidos. Sucedió el sábado por la noche en una fiesta de cumpleaños en pequeño pueblo de Alabama. Unas 50 personas estaban reunidas en Dadeville, una localidad de poco más de 3.000 habitantes, cuando un tirador que aún no ha sido identificado abrió fuego contra los invitados tras una discusión durante la celebración, dejando al menos 20 heridos que fueron trasladados a hospitales cercanos.
Las autoridades aún no han confirmado ni la identidad de los fallecidos ni quién es el autor de la matanza. Tan solo que el suceso ocurrió en un antiguo banco convertido en salón de baile, el Mahogany’s Masterpiece, poco después de las 10:30 de la noche, y que se celebraban los 16 años de un adolescente. Al parecer, varios de los afectados por la matanza son también menores de edad.
Jeremy Burkett, un agente de la policía estatal de Alabama, compartió un número de teléfono y un correo electrónico en busca de pistas e información sobre lo ocurrido, sin confirmar si hay algún detenido en conexión con el tiroteo. Indicó que se produjeron “múltiples” heridos y que el proceso de investigación será “largo y complicado”.
La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, emitió un comunicado el domingo expresando su dolor por lo sucedido en Dadeville. “Esta mañana, acompaño en el sentimiento de dolor a la gente de Dadeville y mis conciudadanos de Alabama”, escribió en su cuenta de Twitter. “El crimen violento no tiene cabida en nuestro Estado, y las fuerzas del orden público nos mantenemos informadas al detalle a medida que surgen detalles”, tuiteó Ivey.
“Estamos en estado de shock”, afirmó el alcalde de Dadeville, Jimmy Goodman. “Estamos haciendo todo lo posible para hacer frente a esta situación. Solo estamos tratando de arreglárnoslas”, dijo.
Ben Hayes, un pastor de Dadeville, compartió en redes sociales que “estuvo parado afuera del Hospital Lake Martin hasta las 3 de la madrugada viendo cómo se rompían los corazones cuando las familias se enteraron de que habían disparado a su hijo, o peor aún, muerto. Mi corazón está roto hoy”, escribió Hayes.