En marzo pasado, el precio promedio de la leche en México fue de 26.1 pesos por litro, 13.4 por ciento mayor a lo que costaba hace un año, un incremento muy por encima de la inflación anual, muestran datos del Inegi.
Incluso, tomando en cuenta antes de que impactara la pandemia, a marzo de 2020 el precio por litro era de 20.4 pesos en promedio, es decir, que en tres años aumentó casi 28 por ciento su costo al consumidor.
Según informes de productores compilados por la firma de investigación McKinsey & Company, el costo de producir leche en el mundo subió 33 por ciento debido a un acelerado incremento en los gastos variables como energía y alimento para vacas.
Una encuesta llamada Principales prioridades para los ejecutivos de lácteos en 2023, de McKinsey & Company, reveló que para 65 por ciento de los directivos del sector la cadena de suministros presenta un desafío para su empresa.
Sin embargo, 45 por ciento mencionó “ingresar a nuevas categorías, mercados y geografías” como una de las tres principales prioridades estratégicas para su compañía.
A pesar de los desafíos actuales, incluida la disminución del consumo de leche líquida, 45 por ciento de los ejecutivos está priorizando nuevas oportunidades de crecimiento y la mayoría de ellos expresaron optimismo sobre el futuro de los productos lácteos.
El primero de junio de 2022, en el marco del Día Mundial de la Leche, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural informó que la producción nacional del lácteo en 2021 fue de 13 millones 239 mil 779 toneladas, 2.3 por ciento más que el año previo.
Agricultura destacó en 2022 que la participación del lácteo en la producción nacional pecuaria era de 54.8 por ciento, con un consumo per cápita de 124.3 litros, que si bien ha ido en constante aumento, aún está por debajo de los niveles recomendados por organismos internacionales. La Organización Mundial de Salud recomienda tomar 182 litros al año.
De acuerdo con el portal alemán de estadísticas Statista, en 2021 se consumió en el mundo una media de 29.5 kilogramos de leche por persona, convirtiéndose en el producto lácteo más consumido. El yogur, con un consumo per cápita superior a los siete kilogramos, se colocó en segunda posición.
