El narcotráfico, el tráfico de personas, de estupefacientes y armamento, y de diversas mercancías ilícitas, han venido deteriorando la seguridad en la frontera sur del país, alerta un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el cual señala que el cártel de Sinaloa domina esa región del país, donde también opera el grupo guatemalteco de Los Huistas y la Mara Salvatrucha.
A esto se suma los numerosos pasos informales y la escasa vigilancia de las autoridades, lo que facilita a los integrantes de la delincuencia organizada desarrollar sus actividades con total “impunidad”.
De acuerdo con un documento elaborado por la Séptima Región Militar denominado “Panorama, Situación de la Frontera Sur”, en los últimos años esta zona del país ha experimentado un proceso de cambios que han sido marcados por dinámicas delictivas, donde se visualiza la vinculación del narcotráfico y la delincuencia organizada.
En esta región, apunta, prevalece la hegemonía del cártel de Sinaloa, pero también hay presencia de otros cárteles.
El informe dado a conocer por los hacktivistas de Guacamaya puntualiza que el despliegue de los ejércitos de México y Guatemala en los límites de ambas naciones han logrado reducir de alguna manera las actividades delictivas.
Sin embargo, puntualiza que es necesario que se mantenga el despliegue operativo permanente en los municipios colindantes con Guatemala, ya que, con el incremento del flujo migratorio, se ha facilitado que los grupos delictivos puedan llevar a cabo sus actividades con relativa facilidad.
Los militares explican que los municipios de Tapachula, Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas y Palenque, en Chiapas, concentran la mayor incidencia delictiva debido a que son los lugares con mayor densidad poblacional.
Mientras que las actividades ilícitas relacionadas con la delincuencia organizada se acentúan en la región fronteriza de Chiapas, con mayor registro en los municipios de Comitán, La Trinitaria, Frontera Comalapa, Amatenango de la Frontera, Tapachula y Suchiate.
La Séptima Región Militar asegura que la problemática relacionada con la delincuencia organizada obedece a la presencia de células vinculadas al cártel de Sinaloa, bandas delincuenciales locales y el grupo delictivo guatemalteco conocido como Los Huistas.
Según autoridades de Estados Unidos, Los Huistas abastecen de droga a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Para dicha actividad, utilizan las rutas terrestres y marítimas, dando continuidad a los vuelos ilícitos que cruzan la línea fronteriza transportando cocaína con el propósito de aterrizar en pistas clandestinas de ambos países para continuar con el trasiego de droga hacia el norte de México.
Asimismo, se ha documentado una disputa interna por el control de actividades ilícitas, entre las células del cártel de Sinaloa, Los Huistas y del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), lo que representa un riesgo de confrontaciones armadas en la región de Frontera Comalapa.
La Sedena detalla que, hasta el momento, se han logrado identificar a los siguientes líderes criminales:
Del Cártel del Pacífico, a los hermanos Isidro y Jesús Gilberto Rivera Ramírez, como los principales operadores, con presencia en la mayor parte de Chiapas, quienes se dedican al acopio y trasiego de drogas, lavado de dinero y tráfico de indocumentados.
La Sedena asegura que del CJNG no se tiene identificado al líder, pero se cuenta con información en el sentido de que integrantes de la citada organización mantienen presencia en Tuxtla Gutiérrez, la capital chiapaneca.
A su vez, la pandilla Mara Salvatrucha es liderada por Luis Alberto Ramírez López, El Chino, grupo que tiene presencia en Tapachula, Ciudad Hidalgo, Mapastepec, Metapa de Domínguez, Cacahoatán, Tuxtla Chico, Frontera Hidalgo, Arriaga y Palenque.
Las agrupaciones antes mencionadas también operan del lado de la frontera de Guatemala.
De igual manera, el Ejército cree que existe una disputa al interior del cártel de Sinaloa, tras la muerte de Ramón Gilberto Rivera Beltrán, El Junior, en julio de 2021, quien era medio hermano de Isidro y Jesús, lo que provocó un vacío en el liderazgo, originando pugnas y diferencias entre las células del cártel.
El Ejército también deja claro que, por el momento, no se ha detectado a militares de origen guatemalteco incorporados con grupos de la delincuencia organizada.
No obstante, se localizaron dos campamentos y en uno de ellos había parapetos, cobijas y distintos tipos de ropa, es decir, uniformes tipo militar, algunos con la leyenda de “Kaibil”, es decir, de las fuerzas armadas de Guatemala.