En los últimos meses al revisar nuestras redes sociales hemos notado una nueva tendencia que consiste en la creación de imágenes estilo Ghibli. No es una falsedad cuando decimos que nuestros amigos y familiares compartieron sus fotografías como las animaciones japonesas. Pero más allá de los clicks y la banalización de los hechos, lo anterior también ha puesto sobre la mesa el impacto ambiental que tiene la Inteligencia Artificial (IA).
Aunque la denominada IA, ya sea en sus diferentes programas como ChatGPT, Grok o Gemini, se ha vuelto parte de nuestras vidas, un aspecto que ha sido poco visibilizado es la huella hídrica que está dejando en el mundo. En alguna ocasión te has preguntado ¿cuánta agua se consume al realizar consultas o imágenes?
No hay que olvidar que el agua es nuestro líquido vital y en la actualidad es importante inculcar en las nuevas generaciones una cultura del cuidado para tener un consumo responsable, aunado a no dañar el medio ambiente así como todas las especies que lo habitan.
¿Qué une a la Inteligencia Artificial con el agua?
El Dr. Miguel González, docente en el Departamento de Ciencias de la Computación del Tecnológico de Monterrey, en entrevista con El Heraldo de México, explica que la relación entre la Inteligencia Artificial y el agua se encuentra en los centros de datos que se usan para operar modelos avanzados como ChatGPT, DeepSeek, Grok, MetaIA, entre otras herramientas que utilizamos a diario en nuestras escuelas o sitios de trabajo.
El especialista señala que la Inteligencia Artificial funciona analizando una gran cantidad de datos, los cuales son procesados y almacenados en gigantescos servidores que trabajan las 24 horas. Los centros de datos de IA se encuentran en todo el mundo, en regiones como Norteamérica, Europa, Asia-Pacífico, Oriente Medio y Latinoamérica. Su ubicación estratégica responde a la creciente demanda de recursos de servidor y alojamiento en la nube.
“Estos centros de datos no solamente necesitan cantidades industriales de electricidad para funcionar, también para evitar que los servidores se sobrecalienten entran en un proceso de refrigeración donde lo que se utiliza es el agua”, indica el docente del Tec de Monterrey
Tan solo al día, estima el Dr. Miguel González, estos centros de datos pueden ocupar alrededor de 5 millones de galones de agua para la creación de imágenes y consultas que se hacen mediante los programas de Inteligencia Artificial (IA). Entre la refrigeración y la generación de electricidad son las áreas clave para el consumo de agua.
Incluso la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha revelado que una consulta promedio de ChatGPT consume medio litro de agua para dar entre 20 a 50 respuestas. Si a esto se considera las preguntas a nivel global, la cantidad de agua consumida es inimaginable.
¿Qué podemos hacer como usuarios ante la huella hídrica de la IA?
El docente del Tec de Monterrey reconoce que es casi imposible desmarcarse de las redes sociales y la tecnología que sin duda llegó para quedarse. Sin embargo, recomienda que los usuarios sean responsables de su consumo, es decir, ocupar las herramientas de IA para lo que realmente sea necesario.
“Al hablar de tecnología siempre debe existir la responsabilidad y el consumo inteligente, porque no solamente es la IA también tenemos casos de robo de datos, robo de identidad o estafas por redes sociales”, sentenció el especialista
Aunque compañías como Google y Microsoft se han comprometido en reponer el agua consumida por lo menos en 2030, el panorama no es alentador y se espera que entre más avance la tecnología los servidores puedan consumir más agua, a menos que se opte por centros de datos que ocupen menos cantidad de agua, pero aún siendo considerable para dejar una huella en el plantela.