El pescado congelado es una opción popular para muchas personas debido a su practicidad y disponibilidad en supermercados durante todo el año. Sin embargo, existen diversos riesgos asociados con su compra, que van desde la pérdida de calidad hasta problemas de salud.
Para asegurarte de elegir productos seguros y de buena calidad, es fundamental conocer los riesgos de comprar pescado congelado y cómo evitarlos.
Peligros de comprar pescado congelado
Hay riesgos de consumir este tipo de productos, desde una mala experiencia en el sabor y hasta peligros para la salud, estos son algunos:
- Pérdida de calidad y textura: uno de los principales inconvenientes del pescado congelado es la posible pérdida de calidad y textura. Aunque la congelación es un método eficaz para conservar alimentos, si no se realiza correctamente, puede afectar la estructura del pescado.
- Factores que afectan la calidad: si el pescado se congela lentamente, se forman cristales de hielo grandes que rompen las células del tejido, lo que afecta su textura y jugosidad.
- Descongelación inadecuada: descongelar el pescado a temperatura ambiente puede generar una pérdida excesiva de agua y afectar su frescura.
- Repetir procesos: si un pescado se descongela parcialmente y se vuelve a congelar, su calidad se deteriora significativamente.
El pescado congelado no está exento de riesgos microbiológicos. Si bien la congelación puede detener el crecimiento de bacterias y parásitos, no los elimina por completo.
- Listeria monocytogenes: esta bacteria puede sobrevivir a temperaturas de congelación y proliferar una vez que el pescado se descongela, causando listeriosis, una infección especialmente peligrosa para mujeres embarazadas, ancianos y personas con sistemas inmunológicos debilitados.
- Vibrio spp: presente en pescados y mariscos crudos o mal almacenados, puede causar infecciones intestinales graves.
- Anisakis: un parásito presente en pescados crudos como el salmón, la merluza y el bacalao. Puede provocar reacciones alérgicas severas o anisakiasis si el pescado no se congela a temperaturas adecuadas (-20°C por al menos 24 horas).
El fraude alimentario es un problema creciente en la industria pesquera. Muchas veces, los consumidores compran pescado congelado sin conocer su verdadera procedencia o calidad.
- Sustitución de especies: algunas empresas venden pescado de menor calidad como si fuera una especie más cara. Por ejemplo, el pez gato se ha comercializado fraudulentamente como mero o bacalao.
- Falta de información en el etiquetado: muchos productos congelados no incluyen datos sobre el país de origen, la fecha de captura o los métodos de congelación.
- Uso de aditivos: algunos pescados congelados contienen polifosfatos para retener agua y aumentar su peso, lo que puede engañar a los consumidores sobre la cantidad real de pescado que están comprando.
- Uso de conservantes: algunos pescados congelados contienen sulfitos, fosfatos y otros químicos que pueden causar reacciones adversas en personas sensibles.
- Metales pesados: algunas especies de pescado, como el atún y el pez espada, pueden contener altos niveles de mercurio, lo que representa un riesgo para la salud si se consumen en exceso.
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Consejos para comprar y almacenar pescado
Sigue estos consejos para evitar la pérdida de calidad, y así disfrutar de la mejor manera el producto:
- Opta por pescados que hayan sido congelados rápidamente a temperaturas inferiores a -18°C.
- Verifica que el empaque esté herméticamente sellado y sin signos de escarcha excesiva, lo que podría indicar descongelaciones previas.
- Descongela el pescado en el refrigerador o bajo agua fría en su empaque original para minimizar la pérdida de textura.
Cómo evitar la contaminación: asegúrate de que el pescado haya sido congelado de acuerdo con las normativas de seguridad alimentaria.
- Almacena el pescado a temperaturas inferiores a -18°C hasta su consumo.
- Cocina el pescado a una temperatura interna de al menos 63°C para eliminar bacterias y parásitos.
- Compra pescado congelado de marcas reconocidas y certificadas por organismos de seguridad alimentaria.
- Revisa la etiqueta para verificar el nombre científico del pescado, su origen y métodos de conservación.
- Evita productos con un exceso de escarcha o hielo, ya que podrían haber sido descongelados y vueltos a congelar.
- Reduce el consumo de especies con altos niveles de mercurio, como el atún o el pez espada.
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El pescado congelado puede ser una opción conveniente y nutritiva si se elige correctamente. Sin embargo, es importante estar atento a los posibles riesgos asociados con su compra, como la pérdida de calidad, la contaminación por bacterias y parásitos, el fraude alimentario y su impacto ambiental.
Siguiendo algunas precauciones y optando por opciones certificadas y seguras, es posible disfrutar de pescado congelado sin comprometer la salud ni el medioambiente. Ahora que conoces los riesgos, cuida a tu familia de este tipo de productos y mejora tu experiencia de consumo.