Mazatlán, Sin (RI Noticias). – Sinaloa ha estado lidiando con una sequía que se ha prolongado por dos años, afectando tanto a la agricultura como a la vida cotidiana de sus habitantes. Según el Monitor de Sequía de México, partes del estado, incluyendo municipios como Choix, Culiacán y El Fuerte, están catalogados bajo sequía excepcional, la clasificación más grave. Esta condición se caracteriza por una extrema falta de agua en ríos, embalses y pozos, lo que ha llevado a una crisis de suministro de agua para el consumo humano y actividades agrícolas.
El sector agrícola, uno de los pilares económicos de Sinaloa, ha sido duramente golpeado. El estado, conocido por ser uno de los principales productores de maíz, caña de azúcar y hortalizas, ha visto reducida su capacidad de producción. Las predicciones indican que, sin lluvias significativas, solo el 35% de las hectáreas habituales podrían ser sembradas en 2025. Esto no solo afecta el rendimiento de los cultivos sino también la economía local, ya que muchos productores dependen de la agricultura para su sustento.
Las presas de Sinaloa están operando en niveles alarmantemente bajos, con algunas como la Presa Sanalona en Culiacán, registrando solo el 18.4% de su capacidad. Este descenso en el almacenamiento de agua ha obligado a las autoridades a implementar restricciones y programas de distribución de agua mediante camiones cisterna para abastecer a las comunidades más afectadas.
En respuesta a esta crisis, se han iniciado acciones como la estimulación artificial de lluvias, donde se liberan moléculas de yoduro de plata en las nubes para fomentar la precipitación. Además, hay un esfuerzo por parte de instituciones como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) para promover la eficiencia en el uso del agua, tecnologías de riego más avanzadas y la adaptación de cultivos a las nuevas condiciones climáticas.
Los pronósticos meteorológicos sugieren que las condiciones de sequía podrían persistir debido a la influencia de fenómenos como La Niña, lo que requiere una planificación anticipada y adaptativa. Se están explorando alternativas como la hidroponía para la producción de forraje y alimento para el ganado, mitigando así algunos efectos de la sequía en la ganadería.
La sequía en Sinaloa no solo es una crisis ambiental sino también económica y social. La necesidad de una gestión eficiente y sostenible del agua es más urgente que nunca para mitigar los efectos de esta sequía prolongada y asegurar la supervivencia de la agricultura y la calidad de vida de sus habitantes. La información actualizada y la acción coordinada entre autoridades, productores y la comunidad son esenciales para enfrentar este desafío.