De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han notificado más de 17 mil casos y más de 500 muertes a nivel mundial a causa del clado I de Mpox (antes viruela del mono). La emergencia de salud pública que representa el virus, hace necesario identificar los síntomas y diferencias entre los clados.
Si bien más del 90% de todos los casos se han reportado en la República Democrática del Congo y en el continente americano, desde 2022 hasta el 1 de julio de 2024, sólo se han registrado casos de mpox del clado IIb, ya se confirmó el primer caso del caldo I fuera del continente africano, en Suecia.
Los clados de un virus son grupos genética y clínicamente distintos. En 2022, un grupo de expertos mundiales convocados por la OMS determinaron que los clados de la cuenca del Congo (África central) y de África occidental se nombrarían clado uno (I) y clado dos (II) y determinaron que el clado II abarca dos subclados; clado IIa y el clado IIb, este último fue el causante de la epidemia mundial de 2022.
En el caso del clado IIb, la enfermedad comienza de forma diferente en algunas personas. En aproximadamente más de la mitad de los casos, puede aparecer una erupción cutánea antes o al mismo tiempo que otros síntomas y no siempre progresa por todo el cuerpo. La primera lesión puede producirse en las inglés, el ano o alrededor de la boca o en su interior.
La clado II es menos peligrosa, con una tasa de mortalidad de alrededor del 0.1 por ciento, según explicó a BBC Mundo la microbióloga británica Cheryl Walter. Por otro lado, los expertos creen que el clado I causa una enfermedad más grave y tiene una tasa de mortalidad mucho más alta. Walter advirtió que esta variante tiene una tasa de letalidad de entre 3 y 4%, mientras que el COVID-19 tenía una tasa de mortalidad estimada del 1.2 por ciento.
Los síntomas usualmente inician como fiebre, dolores musculares y dolor de garganta, luego aparecen erupciones cutáneas o lesiones mucosas que pueden durar de 2 a 4 semanas, acompañadas de dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía y linfadenopatía o inflamación de los ganglios linfáticos.
Las erupciones comienzan como una mancha que se convierte en una vesícula llena de líquido y puede picar o doler. A medida que la erupción se cura, las lesiones se secan y se cubren de costras que finalmente caen. Las lesiones pueden ser pocas o cientos de ellas y pueden aparecer en palmas de las manos y plantas de los pies, cara, boca y garganta, ingles, genitales y ano.
Algunos casos también presentan hinchazón dolorosa del recto o dolor y dificultad para orinar, mientras que otros casos pueden estar infectados y no presentar ningún síntoma.
Los signos y síntomas suelen comenzar una semana después de la exposición, pero pueden hacerlo pasados 1 a 21 días.
El virus se puede transmitir a los seres humanos por contacto físico con personas infectadas, materiales contaminados o animales infectados. Cualquiera puede contraer la viruela símica por contacto con:
personas infectadas, al tocarlas, hablarles cara a cara, besarlas o mantener relaciones sexuales;
animales infectados, al cazarlos, despellejarlos o cocinarlos;
materiales contaminados, como ropa de vestir o de cama o agujas;
además, las embarazadas pueden transmitir el virus al feto.
Una vez en contacto, el virus entra en el organismo a través de la piel lesionada, las mucosas –oral, faríngea, ocular, genital, anorrectal– o las vías respiratorias. La viruela símica puede contagiarse a otros miembros de la familia y a las parejas sexuales. Las personas con múltiples parejas sexuales corren mayor riesgo, según advirtió la OMS.
La confirmación del virus se realiza analizando el material de las lesiones cutáneas mediante PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en un laboratorio.
Actualmente no hay un tratamiento específico para tratar el Mpox y es una enfermedad que se va sola, aunque se recomienda el aislamiento de los pacientes y cuidados médicos para aliviar los síntomas y evitar la deshidratación, pero en algunos lugares está aprobado el uso de medicamentos antivirales que también se usan para otros tipos de viruela.
Para prevenir el contagio se debe de evitar el contacto físico con quien la padece. La vacunación puede ayudar a prevenir la infección en personas en riesgo. Si se tiene Mpox se debe de:
- Decir a las personas con quienes se haya estado en contacto recientemente.
- Quedarse en casa hasta que se caigan todas las costras y se renueve la piel.
- Cubrirse las lesiones y llevar una mascarilla bien ajustada al estar con otras personas.
- Evite el contacto físico.
Hasta el momento la OMS no considera necesario llamar a una inmunización masiva como sucedió con el COVID-19 y afirma que las vacunas deben destinarse a personas que han estado en contacto cercano con alguien ya contagiado o las personas que pertenecen a los grupos de alto riesgo, ya que no hay suficientes vacunas en el mundo.